Port de la Selva está situado en una
bahía del parque natural de Cap de Creus o Cabo de Creus, entre Llança y
Cadaqués, dentro de la comarca del Alt Empordà. Sabíamos de su propuesta
cultural: el Monasterio de Sant Pere de Rodes, al que estuvo vinculado en época
medieval, pero no sabíamos de la variedad de sus playas, algunas de ellas de
gran belleza y situadas en un auténtico paraíso.
El topónimo de Port de
la Selva se debe a que tiempo atrás, el interior estaba cubierto de frondosos
bosques en los que según se cuenta, se
refugiaban los primeros pescadores huyendo de la piratería.
Es un tranquilo pueblo situado en la montaña, con sus casas blancas escalonadas sobre las que despunta la torre de la iglesia marinera Santa María de les Neus (de las
Nieves) del siglo XVIII. Toda la actividad de la población se concentra a lo largo del
puerto.
Llegamos a él buscando
un camping del que nos habían hablado situado en la entrada de la carretera de
LLançà. Más que un camping nos pareció el mini-aparcamiento del hostal del
mismo nombre, con el que comparte algún servicio. Preguntamos si tenía
avituallamiento y vaciado para las autocaravanas, y nos contestaron que
únicamente pagando la tarifa de un día y desaguando a cubos discretamente por
la noche, puesto que no tenía las infraestructuras necesarias. No voy a hacer
ningún comentario pero claramente nos fuimos de allí.
Estacionamos en un
gran aparcamientos situado a la derecha de la carretera, 300 metros más
adelante. Es un aparcamiento tranquilo que no se llenó en ningún momento del
día a pesar de estar muy cercano a la playa de la Ribera o El Poble.
Es la playa que está
situada en la bahía. Es bastante grande y no da la sensación de aglomeración de
otras playas turísticas. Es de arena oscura y muy apropiada para los niños, puesto que no tiene mucha profundidad en la entrada. Tiene todo tipo de
servicios y está adaptada a las personas con discapacidad.
Recorrimos el
agradable paseo marítimo hasta llegar al puerto pesquero, uno de los más importantes
de la provincia. El blanco de las embarcaciones, mayoritariamente de recreo,
junto con el de las casas, destacan sobre el azul del mar y del cielo, formando
una bonita postal.
En la calle paralela
al puerto se concentran la mayoría de las tiendas y comercios a los que es
difícil resistirse. No pudimos marchar de allí sin llevar distintas clases de
pan, chocolates y dulces.
Al final del muelle, y
ya fuera del pueblo, encontramos unas bonitas y pequeñas playas entre las rocas
con un sendero acondicionado que las comunica y desde el que poder disfrutar del
bello paisaje.
Me entretuve haciendo fotografías de la superficie de estas rocas por si algún día me animaba a hacer una serie de cuadros.
El sendero termina en
una estrecha carretera que conduce a una urbanización en la que desde un
pequeño aparcamiento arranca de nuevo un sendero que lleva a una paradisíaca
playa: la playa de Tamariu.
Está situada entre dos
pequeñas montañas rocosas. Es de guijarros y el agua es tan limpia y
transparente que permite en muchas zonas ver el fondo. No es muy grande y se
permite el nudismo, al menos al fondo de la playa desde donde arranca el sendero
que coincide con el Camino de Ronda y recorre el litoral.
Ni que decir tiene que no me resistí a
descubrir un buen tramo. Hasta donde llegué, el camino estaba marcado por el
uso pero no acondicionado. Hay que sortear y saltar rocas y desniveles, actividad
con la que disfruté, y más en medio de este paraje agreste, salvaje y natural
con la imagen del mar siempre de fondo.
A la vuelta, bañarse
entre las pequeñas piscinas que forman las rocas es una verdadera delicia al
igual que volver nadando a la playa Tamariu, como hizo mi hijo en solitario por
el medio de las frescas y transparentes aguas.
A esta belleza
paisajística de Port de La Selva hay que añadir el conjunto medieval de la
Sierra de Rodes. Está compuesto por el monasterio de Sant Pere de Rodes (joya
en el románico catalán que visitamos al día siguiente) las ruinas del Castillo
de Sant Salvador del siglo XIII, la ermita o iglesia de Santa Elena y el
poblado medieval de Santa Creu declarado Bien Nacional de Interés cultural.
¡¡Que buenas playas, y las fotos dan muchas ganas de estar ahora ahí!! ¡¡Disfrute mucho con el paseo, me lo apuntare para este verano!!! ¡¡Un fuerte Abrazo y hasta el próximo viaje!!
ResponderEliminarConozco un poco de la Costa Daurada, pero sin embargo aún no he tenido ocasión de visitar la Costa Brava, tengo amigos en Barcelona que me dicen que si me gustó la primera, la Costa Brava lo hará aún más, así que leyendo el resto y viendo las imágenes las expectativas son altas :D
ResponderEliminar¡Saludotes!
Muchas gracias Leonardo Damián y y José Carlos por pasaros por aquí y dejar vuestros comentarios.
ResponderEliminarSi no conocéis la Costa Brava, os la recomiendo. A mí me queda muy lejos si no...iría más veces!!
Un saludo!