Quisimos empezar nuestro
recorrido en Barcelona por la parte más histórica: la ciudad antigua, gótica y
señorial. Para ello nos fuimos en metro a la Plaza de Cataluña, hoy corazón de
la ciudad y antiguamente extramuros y paseo habitual de los ciudadanos una vez
derribada la muralla.
Esperaba encontrarme con el
recuerdo de una gran plaza con su mosaico circular en el centro y familias con
niños jugando con las palomas, pero lo que vi no tenía nada que ver. Una enorme
carpa ocupaba todo el centro y ni los jardines circundantes con sus esculturas
evitaban una sensación asfixiante. Menos
mal que los enormes carteles publicitarios que tenía en mi memoria seguían
ahí diciéndome que estaba en la Plaza Cataluña.
Cogimos un plano de la ciudad y
antes de comenzar el paseo por Las Ramblas nos acercamos al Monasterio de Santa
Ana (tiene una iglesia románica del siglo XII) que vimos solamente por fuera.
Las Ramblas es una de las zonas más
cosmopolita de la vida barcelonesa. Siempre llena de gente de lo más variada
paseando por ella y entre los puestos
distribuidos a uno y otro lado. En un principio descendían por ella las aguas
desde la sierra y aprovecharon para construir la muralla medieval por aquí.
El
nombre de su primer tramo, Canaletas, se debe a una torre de la muralla. Aquí
encontramos ahora la llamada Fuente de Canaletas, del siglo XIX, en donde se
concentran los seguidores de fútbol para hablar de los equipos y celebrar sus victorias. La etapa del fútbol la
tenemos ya lejana y nosotros bebimos
agua para poder volver a la ciudad,
según una creencia popular.
Caminando entre el bullicio, vamos
pasando por los puestos de los pájaros y de las flores sin dejar de admirar la
estética modernista de algunas tiendas:
El Palau de la Virreina con la cornisa de la fachada coronada por una balaustrada con jarrones y en el interior un patio con una bonita escalera
Como nos gusta mucho conocer las especialidades gastronómicas de cada ciudad y ver la decoración y colorido de los puestos de vendedores, sentimos mucho encontrar cerrado el famoso y turístico Mercado de la Boquería, llamado también de San José. Comenzó siendo un mercado ambulante extramuros, hasta que se construyó una gran plaza porticada en el lugar del antiguo Convento de San José y se instaló en ella el mercado.
Al llegar a la Plaza de la Boquería, situada aproximadamente en mitad de Las Ramblas, giramos a la izquierda para ir en busca de la zona de la catedral. Más tarde volveríamos a esta plaza, lugar donde se situaba una puerta de la antigua muralla.
Lo primero que nos encontramos es
la Basílica de Santa María del Pi, situada en la Plaza del Pi. Es uno de los
grandes templos góticos de Barcelona. El rosetón de su fachada sirve de fondo al
mercadillo de productos locales situados en la plaza.
Desde aquí se accede a otra plaza, la de Sant Josep Oriol, utilizada por los pintores exhibiendo y vendiendo sus obras.
Pasando por un lienzo del recinto amurallado de Barcino, nombre con el que se conocía la ciudad en época romana, llegamos a la Plaza Nova o Plaza de la Catedral.
El aforo en esta antigua plaza
del mercado era completo. Unos alrededor
del mercado actual de antigüedades situado en el centro de la plaza y otros,
turistas como nosotros, recorriendo los restos romanos y la Barcelona gótica.
En esta Plaza Nova se encuentra una de las cuatro puertas de acceso a la ciudadela y conserva
las dos torres semicirculares que la defendían (siglos I-IV d. de C.)
En una de ellas hay una hornacina de Sant Roc a quien los barceloneses rezaban para que les librara de la temida peste. Y al lado, la reconstrucción de uno de los acueductos (finales del s. I) que abastecía de agua la ciudad.
En una de ellas hay una hornacina de Sant Roc a quien los barceloneses rezaban para que les librara de la temida peste. Y al lado, la reconstrucción de uno de los acueductos (finales del s. I) que abastecía de agua la ciudad.
Antes de visitar la catedral
decidimos adentrarnos por este decumanos
romano que conduce al antiguo foro o centro de la ciudad fortificada: la
Plaza Sant Jaume. Hoy es la calle gótica más transitada de Barcelona: La Calle
Bisbe o del Obispo.

Pasamos por el Monumento a los Héroes de la Guerra del Francés junto a la Puerta de Santa Eulalia que da acceso al claustro de la Catedral. No entramos, al ver un bonito arco al que nos dirigimos.

Es el Pont del Bisbe o Puente del Obispo que une el Palacio de la Generalitat y la Casa de los Canónigos. No tiene cien años pues fue construido en 1928 por un discípulo de Gaudí: Joan Rubió. Inspirado en el gótico flamígero le da un cierto aire antiguo a la calle aunque tenga sus detractores.
Pasamos por el Monumento a los Héroes de la Guerra del Francés junto a la Puerta de Santa Eulalia que da acceso al claustro de la Catedral. No entramos, al ver un bonito arco al que nos dirigimos.

Es el Pont del Bisbe o Puente del Obispo que une el Palacio de la Generalitat y la Casa de los Canónigos. No tiene cien años pues fue construido en 1928 por un discípulo de Gaudí: Joan Rubió. Inspirado en el gótico flamígero le da un cierto aire antiguo a la calle aunque tenga sus detractores.
Tras pasar por debajo del arco nos
encontramos, a la derecha, la fachada medieval del Palacio de la Generalitat
(siglo XV). Sobre la puerta tiene un friso de arquillos ojivales sobre ménsulas
formadas por pequeñas cabezas y encima una baranda gótica con pináculos y un
gran medallón en el centro de Sant Jordi y el dragón. Todo el conjunto es obra
de Pere Joan.
También hay una serie de gárgolas entre las que se encuentra la princesa de la leyenda, según la cual, San Jordi mató al dragón que la tenía atemorizada y de su sangre nació una rosa roja. Es tradición desde 1456 regalar rosas y libros el dia 23 de Abril, festividad de San Jordi, coincidiendo con el Día del libro.
También hay una serie de gárgolas entre las que se encuentra la princesa de la leyenda, según la cual, San Jordi mató al dragón que la tenía atemorizada y de su sangre nació una rosa roja. Es tradición desde 1456 regalar rosas y libros el dia 23 de Abril, festividad de San Jordi, coincidiendo con el Día del libro.
Ya en la plaza de Sant Jaume nos
encontramos los edificios de los poderes civiles: la Generalitat con su fachada
renacentista y al otro lado, la Casa de
la Ciutat o actual Ayuntamiento donde se
puede visitar, entre otras cosas, el famoso Salón de Ciento.
Antes de seguir conociendo más este
barrio gótico, volvimos de nuevo por la calle Bisbe para entrar en la Catedral
de la Santa Creu. Entramos primero a ver el claustro, en cuyo centro tenían un
belén instalado, pero lo que nos llamó la atención fue un estanque con ocas.

Respecto a ellas y su número hay un par de leyendas:
Respecto a ellas y su número hay un par de leyendas:
- Una alude a que el guardián, que cuidaba las herramientas y el dinero cuando se empezó a construir la Catedral, tenía 13 ocas. Un día vinieron a robar y las ocas comenzaron a graznar tan fuerte que el guardián se despertó y pudo ahuyentar a los ladrones. Desde entonces 13 ocas vigilan la catedral.
- La otra leyenda le atribuye las ocas a Santa Lucía, que fue la primera mártir y tenía 13 ocas y 13 años cuando la martirizaron.
En el claustro podemos ver también varias capillas entre las que se encuentra la de Santa Lucía
y una fuente coronada con la escultura de San Jordi matando al dragón.
Pasamos a la catedral con tres naves y bóvedas de crucería. Posee un gran cimborrio octogonal, una girola, cripta y tumbas reales. No tengo muchas fotografías por lo que deduzco que estaban oficiando misa y no nos detuvimos demasiado.
Saliendo de la catedral reanudamos nuestro recorrido girando a la derecha y desembocando en la plaza de Ramón Berenguer III, con una estatua ecuestre suya y donde se puede ver un buen trozo de la muralla romana y de las torres de defensa (s. IV d. de C)
Las edificaciones posteriores que hay sobre la muralla corresponden a la Capilla Real de Santa Agueda y el Palacio Real Mayor.
Siguiendo hacia la Plaza del Angel,
donde existió también una de las cuatro puertas de entrada, vemos más tramos de muralla y torres cuadrangulares con
construcciones posteriores encima.
En esta plaza decidimos descansar
y reponer fuerzas y para ello entramos
en el bar de la esquina: el Tapafina. Las
tapas eran buenas pero el precio nos pareció algo excesivo.
Subiendo por la Bajada de la
Libretería y girando a la derecha nos encontramos una de las plazas más bonitas de todo el conjunto monumental: La plaza del Rei.
Antes de entrar en ella pasamos por el Museo de Historia de Barcelona situado en una casa gótica catalana, la Casa Padellás.

Cruzamos el patio interior de este Palau del Lloctinent en el que destacan unas enormes y viejas parras ascendiendo por el pórtico hasta los pisos superiores y salimos a la Calle de la Piedad.
De repente, en esta calle que coincide con la parte trasera y del ábside de la catedral, desaparece la gente y el ruido. Es como si nos hubiéramos quedado solos o entrado, de repente, en zona privada. Nos recuerda en cierta manera a viejas calles salmantinas aunque el color de la piedra es totalmente distinto.


En esta bonita calle nos encontramos las Casas de los Canónigos y el Portal de la Piedad de la catedral.

Antes de entrar en ella pasamos por el Museo de Historia de Barcelona situado en una casa gótica catalana, la Casa Padellás.
En esta Plaza del Rei tenemos a
la derecha La Capilla Real de Santa Agata, que vimos asentada antes encima de la muralla y enfrente el Palacio Real Mayor, que fue residencia de los Condes de Barcelona desde el siglo IX.
Se accede a ellos desde una escalinata semicircular.
A la izquierda está el Palau del Lloctinent o Palacio de los Virreyes, sede del Archivo de la
Corona de Aragón.
En este último Josep Maria Subirach
realizó una Puerta monumental en bronce que comunica el Palacio de los Virreyes
con el llamado “Salón del Tinell” o sala de embajadores del Palacio Condal. Está situada en una escalera rematada con un artesonado en forma de nave invertida.
Cruzamos el patio interior de este Palau del Lloctinent en el que destacan unas enormes y viejas parras ascendiendo por el pórtico hasta los pisos superiores y salimos a la Calle de la Piedad.
De repente, en esta calle que coincide con la parte trasera y del ábside de la catedral, desaparece la gente y el ruido. Es como si nos hubiéramos quedado solos o entrado, de repente, en zona privada. Nos recuerda en cierta manera a viejas calles salmantinas aunque el color de la piedra es totalmente distinto.
En esta bonita calle nos encontramos las Casas de los Canónigos y el Portal de la Piedad de la catedral.
Por una callejuela se accede a
los restos de un Templo dedicado a Augusto. Su localización actual, en los
sótanos de una casa gótica, indica el punto más alto de la colonia romana: el Mons
Taber. Una piedra de molino en el suelo indica justo el punto.
Solo se conservan cuatro columnas de 9 m. de altura con su fuste acanalado, los capiteles corintios y el arquitrabe que las unía.
Este templo se encontraba
presidiendo el foro de la ciudad romana, hoy la Plaza Sant Jaume, donde se
cruzaban las dos vías principales de entrada a la ciudad: de este a oeste el
decumanus y de norte a sur el cardo.
Se encontraba elevado sobre un podio de tres metros de alto para resaltar la importancia religiosa.
Desde aquí dirigimos
nuestros pasos en busca de la ciudad medieval para ver la Basílica de Santa María del
Mar.
Aquí, la segunda parte del recorrido
Aquí, la segunda parte del recorrido
Plaza Catalunya me encantó. Es preciosa de noche. No pude disfrutar mucho de Barcelona ya que el calor y la humedad cuando visité en Julio eran agobiantes. De seguro que en otra época es mucho mejor.
ResponderEliminarA mi siempre me gustó mucho la Plaza Barcelona. Es muy agradable estar en ella y por eso no me gustó verla invadida por esa enorme carpa!
EliminarHe leído mu detenidamente el post, y tiene cosas que me han encantado; pero otras no tanto... pero es normal soy de Barcelona, y adoro mi ciudad!!! Sino te importa querría hacer un post, en qué contarte algunas cosas, sobre Barcelona, que ni siquiera yo conocía!!! Y he nacido y vivido en ella siempre!!!
ResponderEliminarUn abrazo!!!!
Hola Rosa. No entiendo muy bien tu comentario. A mí me gusta Barcelona. Me casé y del tiempo que estuve viviendo allí guardo buenos recuerdos. Por otra parte, no entiendo lo de hacer un post ¿es para contarme cosas de Barcelona? Si es así, estaré encantada de leerlo porque desconozco casi todo de la ciudad.
EliminarUn abrazo!
MUY BONITAS FOTOS DE BARCELONA, HACE MUCHOS AÑOS QUE NO VOY ALLÍ.
ResponderEliminarBarcelona gran ciudad. Estupendo y completo reportaje fotográfico, mejor imposible.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias. Yo también hacía mucho que no me acercaba y ya le tenía ganas. Además, volveré. Me quedaron muchas cosas por ver.
ResponderEliminarUn saludo!
Pateadora, qué buen paseo por Barcelona... esperando las siguientes entradas, así paseo mi ciudad contigo, que me ha gustado mucho poder hacerlo. Si no recuerdo mal la anécdota de por qué se reúnen en la Font de Canaletes, es porque hace años, en tiempos de no teles, había una radio en el edificio de enfrente, y se juntaban allí para saber los resultados y comentar la jornada. Un abrazo Pilar, con ganas de más paseos contigo!
ResponderEliminar¡Que casualidad! Estaba comentando tu entrada sobre los equinoccios y solsticios de los mayas.
EliminarQue bueno lo de la radio. No lo sabía. Si sabes más curiosidades no dudes en contármelas.
Ese paseo solamente fue la primera parte del primer día. Ya subí al blog la segunda parte y es que Barcelona es tan bonita y hay tanto para ver que me tengo que extender, a la fuerza, aunque no quiera!
Sí, qué bueno, al mismo tiempo estábamos leyéndonos! :-) Guiaba a mis amigos por Barcelona a veces, de lo que me gustaba y leía sobre ella. Así que imaginarás lo bien que me ha sentado tu paseo Pilar. Me queda la segunda parte y ya vi el del modernismo. Qué bien, un abrazo!
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