CINQUE TERRE (LA LIGURIA ITALIANA)









 Cinque Terre significa Cinco tierras y la componen  5 pequeñas poblaciones situadas en las escarpadas costas de la región italiana de la Liguria en los que la mejor forma de moverse es a pié, en barco o en tren debido a las empinadas calles y estrechos desfiladeros


Este viaje forma parte de un recorrido que hicimos por Italia durante un mes de Julio con la autocaravana. Antes de llegar allí  estuvimos en Rapallo, Portofino y Santa María de Ligure, los tres situados  en el golgo Tigulio  perteneciente a Génova y lugar de veraneo por excelencia de los milaneses.







Día 1

Salimos muy ilusionados de casa y como en todo viaje, siempre sucede algún percance que te hace jurar en hebreo y con el tiempo se convierte en anécdota. Se nos olvidó la tarjeta sanitaria y tuvimos que volver con la consiguiente pérdida de tiempo y un par de kilos de cerezas hurdanas rodando por el suelo de la auto, al abrirse el frigorífico mal cerrado. Nos acordamos de una situación similar, en Francia, con los niños pequeños llorando por la comida y el suelo cubierto de huevos rotos mezclados con mantequilla derretida.

Decidimos ir por autovías y carreteras nacionales hasta San Sebastián, pero en Donostia cogemos la autopista para cruzar la frontera y la dejamos en Dax para coger de nuevo la nacional que te lleva a Toulouse. Cruzamos pueblos muy bien cuidados y limpios, por carreteras flanqueadas por altos árboles y campos de girasoles y maizales. Es una pena que carreteras similares hayan desaparecido con la excusa del peligro de los árboles para los coches. Cenamos en uno de estos pueblos y continuamos viaje hasta el área de autocaravanas de Gimont, cuarenta Kms antes de llegar a Toulouse .





El área se encuentra al lado de un lago, con sombras y muy tranquilo. El problema es que hace 29º dentro y fuera de la auto y el calor es un poco pegajoso. Conseguimos algo de corriente abriendo las trampillas ¡Qué ajenos estábamos del calor que íbamos a pasar!





Día 2

Cogemos la nacional 126 hasta Bézieres, pero si tuviéramos que repetir el camino tomaríamos la autopista en Toulouse porque la nacional discurre entre montañas y aunque el paisaje es muy bonito,  la velocidad media disminuye y el viaje se hace más largo. Dejamos la autopista en Menton y empieza una pesadilla para nosotros: no encontramos el área de Imperia, las coordenadas de Finale Ligure resultaron ser de una gasolinera y las áreas que encontramos, al igual que los campings, estaban completas. Veíamos autocaravanas aparcadas a lo largo de la carretera de la costa y en cualquier recodo. Nos parecía una temeridad, porque peligraba la integridad con la forma de conducir que tienen en esa zona. Ya cansados decidimos acercarnos al destino del día siguiente en Rapallo, volviendo para ello a la autopista de Génova que es una maravilla de la ingeniería y un monumento a la estrechez, al vértigo, al peligro de los camiones y al insomnio.
El parking en el que pensábamos dormir a la salida de la autopista parecía un parking guardacoches y no teníamos la seguridad de que se pudiera entrar, por lo tanto dormimos en la puerta, frente a una señal de prohibido parar . El cansancio y el sueño es lo que tiene.

Día 3

Nada más levantarnos entramos en el camping Miraflores que está a doscientos metros  única solución posible que encontramos en esta zona y después de asearnos y desayunar cogemos el autobús que nos llevará a Portofino haciendo transbordo en Santa Margarita de Ligure. Los billetes se compran en el kiosco que hay al lado de la parada (fermata) y que queda a doscientos metros del camping.

En Italia los tickets de autobús funcionan de la siguiente manera: los tienes que validar en las máquinas que hay dentro del autobús que registran la hora, a partir de aquí, tienes 60 o 90 minutos para utilizarlos las veces que quieras. Es aquí donde entra en juego la picaresca y hay gente que sólo lo hace si ven al revisor, pero a lo largo del mes nos dimos cuenta que te lo pueden pedir al bajarte del autobús y en el caso de no tenerlo validado, la multa es de 30 a 40€ por persona.
No se puede ir con autocaravana por estas costas. El autobús va tocando la bocina en todas las curvas y parando a menudo al cruzarse con otros vehículos. El paisaje desde el bus está salpicado de barcos y yates con gente tomando el sol y bañándose en un mar de aguas azules y trasparentes. Si la zona ya nos parece elitista, al llegar a Portofino alucinamos con los yates atracados allí, con puertas automáticas de cristal y empleados sirviendo con corbata y pajarita ¡otro mundo! Es un punto de encuentro para la Jet internacional y el turismo de élite.





Está situado en una bahía y al final del puerto arranca un paseo que sube por la montaña hasta el Castillo Brown, del siglo XVI, lleno de vegetación y con unas vistas espectaculares sobre el mar. Desde aquí se pueden ver los tres pueblos . 













Aprovechamos para hacer algunas fotos de las bonitas casas de colores y después de curiosear por las tiendas glamurosas cogemos el bus de vuelta a Santa Margarita.







 Santa Margarita tiene un enorme paseo lleno de restaurantes y hoteles con el puerto lleno de yates y fuerabordas. La aldea marinera, situada detrás, tiene casas pintadas con los colores de la Liguria, con frisos arquitectónicos, falsas ventanas y guirnaldas.






De nuevo en Rapallo, paseamos por el paseo marítimo con sus dos puertos turísticos y el Castillo sobre el mar construido por los genoveses en 1550 y que fue usado como morada del capitán de la ciudad y luego convertido en prisión. Actualmente es sede de eventos culturales y exposiciones. Paseamos también por el centro antiguo con el típico aspecto marinero lleno  de mercadillos  y puestos . 











Estábamos cansados y nos fuimos al camping donde me dí un baño en la piscina con la gorra puesta por no tener gorro de baño. Decidimos marchar al día siguiente a Cinque Terre, aunque nos quedamos con ganas de hacer una excursión a Camogli, pueblo marinero típico de la zona.








Día 4

Que pocos camping están adaptados a las autocaravanas. Antes de dejarlo tuvimos que vaciar y para ello nos llevamos por delante las ramas de varios árboles, cortamos el camino de paso y regamos la mitad de la calzada y gracias a que en ese momento se fue un coche allí aparcado y pudimos maniobrar.

Volvemos a coger otra vez la autopista para dirigirnos al área de  Levanto pero con la que estaba cayendo, no nos apetecía pagar 15 euros por un parking sin vigilar y  a pleno sol. Dormir con el calorcito del asfalto no nos seducía nada así es que nos fuimos a buscar un camping. Hay cuatro en la zona y empezamos por el Aqua Dulce que al ser el que está más cerca de la playa estaba hasta los topes, eso sin contar las mil maniobras que había que hacer para entrar o salir de él con la auto. Nos fuimos al Albero D’Oro  que tenía las parcelas más grandes, en sombra y con hierba. Tiene la ventaja también de estar a 5 minutos de la estación del tren donde compramos la Tarjeta Treno-card por 8,5 euros que nos permite recorrer los cinco pueblos de la Cinque Terre, pasear por los caminos que los unen, subir en el autobús de Corniglia y en el ascensor de Riomaggiore.

Las Cinque Terre son cinco pueblos situados al borde del mar, sobre acantilados, y con bellas colinas a la espalda. La mejor manera de visitarlos es en tren, en barco o paseando por los senderos que los unen.


Nos vamos al pueblo más lejano, Riomaggiore. Entre pueblo y pueblo el trayecto dura cinco minutos aproximadamente. Es un pueblo vertical, de casas escalonadas. Su calle principal con fachadas de color amarillo o rosa está llena de turistas, de restaurantes, de tiendas. Nos mezclamos con la gente y nos perdemos  por sus callejones y sus escaleras. Nos cercamos a la playa paseando por rocas y caminando por senderos. 









Decidimos hacer caminando la Ruta de l’Amore que te lleva al siguiente pueblo, Manarola. Al ser el trayecto más famoso y de menor duración, veinte minutos, está adaptado a los discapacitados .Discurre bordeando el acantilado y todo el trayecto está lleno de los candados que dejaron los enamorados a su paso.









Las casas de Manarola, situadas en una caleta, están pintadas con vistosos colores como todas las de la zona, y protegidas por detrás con amplias colinas.  El paseo hasta el siguiente pueblo, Corniglia, dura una hora y diez minutos pero con el sol que cae y el calor, decidimos guardar fuerzas y cogemos el tren. Aquí se puede ver a la gente tomando el sol en cualquier roca y en las posturas más inverosímiles. 












En Corniglia, al bajarte del tren, hay un autobús que te sube al centro del pueblo, pues es el único que está situado en lo alto de la colina. No pudimos por menos de acordarnos del autobús que cogimos en Sintra para subir al castillo y que terminó con el aplauso de todos los pasajeros pues al igual que aquél, éste iba a toda pastilla, sin importarle al conductor las curvas o los baches y despertando las consiguientes risas y sorpresas.
En el casco antiguo quedan los restos de un peñón del siglo XVI y la Iglesia de San Pietro construida sobre una antigua capilla. Todas las callejuelas conducen a vistas sobre el mar.

























El pueblo siguiente es Vernaza, que junto con Riomggiore son los más bonitos. Tiene estructuras defensivas,  bonitas casas coloradas y soportales. En la orilla del mar llama la atención el campanario octogonal de la Iglesia de Santa Margarita de Antioquía. Era divertido ver como los bañistas al lado del paseo esperaban salir del agua agarrándose al borde del paseo, empujados por una ola que los impulsara hacia arriba.













El último pueblo es Monterosso, quizá el más turístico y masificado debido a su gran playa, la mayor parte privada, con tumbonas y sombrillas. En él encontramos la Torre Aurora que forma parte de los restos de una antigua fortificación  y en un extremo de la playa, la estatua de Neptuno llamada el Gigante, Nos acercamos a la orilla a remojarnos los pies antes de coger de nuevo el tren para volver a la auto. 










Area de Gimont:
(Situación o acceso : Avenue de Cahuzac
32 200 Gimont
Latitude : (Nord) 43.63014° Décimaux ou 43° 37 48.504′′
Longitude :(Est) 0.86942° Décimaux ou 0° 52 9.912′′)
gratuita

Camping Miraflores
(Via Savagna, 10 16035 Rapallo) 

Camping Albero D'Oro
(N 44° 10' 28.2'' - E 9° 37' 14.808'' )

PRECIOS DEL 2010:
bus Rapallo-Sta Margarita 1,50 euros ida
bus Sta Margarita-Portofino 1,50 euros ida
Camping Miraflores: 27,50 euros auto y dos adultos
Trend-card: 8,50 euros
Camping Albero D'Oro 31 euros auto y dos adultos



6 comentarios:

  1. Que zona tan bonita... me la apunto para un futuro viaje. Recorrí con autocaravana gran parte de Italia cuando era pequeña con mis padres, pero esta zona la pasamos por alto.
    Me encanta la información que aportas, mi madre sigue con la autocaravana y le irá de perlas.
    Un abrazo

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  2. Sí, es muy bonita y me alegro que os pueda servir de ayuda. Si necesitáis alguna información más no dudéis en preguntar.
    Un abrazo

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  3. Muy hermoso lugar , hermosas fotos , muy buen relato con detalles del lugar, abrazos

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  4. Cinque Terre es la mejor region de Italia. El secreto ya lo conoce todo el mundo. Espero que no se eche a perder con tanto turismo. Hay muchos senderos para caminar. No vistes ningun pueblo afectado por los derrumbes de Octubre del 2011?

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    Respuestas
    1. Nosotros estuvimos en el 2010 y nos encantó. Turismo hay pero somos muchos los que vamos en tren o en barco.

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