Disponíamos de varios días que dedicamos a recorrer localidades fronterizas de la denominada Raya, tanto portuguesas como españolas. Nos centramos en las situadas en plena Sierra de San Pedro y Los Baldíos, al suroeste de la provincia de Cáceres y cargadas de un importante legado histórico artístico.
Comenzamos
con Valencia de Alcántara, que aunque
sus orígenes se remontan a la época romana, fue un lugar destacado de
asentamiento de pueblos prerrománicos como demuestran sus conjuntos megalíticos, declarados Bien Cultural, y que constituyen uno
de los más importantes de Europa.
Según
una teoría, el primer núcleo de la población lo constituyeron los pastores
soldados del asesinado Viriato, tras
cederle el procónsul romano el terreno. Fue conocido como Valentia y de esa época quedan dos puentes, un acueducto, dos
fuentes, calzadas y mónedas con la inscripción “Valentía”.
Puente de Alcántara |
En
el 713, tras la dominación de los visigodos, comienzan a habitar esta zona mozárabes, judíos, árabes y berberiscos. Hasta que en 1221 fue reconquistada por
la Orden de Alcántara, de ahí su
nombre actual. Los árabes, cristianos y judíos vivieron pacíficamente hasta el
decreto de expulsión de éstos últimos en 1492.
En
los siglos XVI y XVII se construyen algunos de los edificios más
representativos como Nuestra Señora de
Rocamador y el Convento de Santa
Clara.
Su
situación fronteriza le supuso continuos enfrentamientos con Portugal, pasando
en varias ocasiones a manos portuguesas, hasta que en 1715 quedó del lado
español definitivamente.
En
el siglo XIX se ve envuelta en dos conflictos: el de la Guerra de las Naranjas y el de la Guerra de la Independencia, pero el acontecimiento más relevante del
siglo fue la construcción de una línea
férrea entre Madrid-Lisboa, a
cuya inauguración en 1881 asistió el rey Alfonso XII y supuso el salto a la
modernidad de la localidad. Hoy el tramo hasta Lisboa está eliminado y la línea termina aquí.
En
el siglo XX su actividad está asociada al turismo y a las relaciones
fronterizas, que aunque ya existían, la entrada de España y Portugal en la
Comunidad Económica Europea y la desaparición de la frontera hizo que la colaboración entre ambos aumentara.
Sabíamos
que en esta población habitaron conjuntamente musulmanes, judíos y cristianos y
teníamos especial interés en conocer su bellísimo barrio gótico, considerado de
los mejores de España.
Dejamos
la autocaravana junto a la plaza de toros, lugar en el que habíamos pernoctado,
después de hacer una de las cinco rutas de dólmenes que tienen señalizadas.
Empezamos
el recorrido por el conjunto histórico y lo primero que nos llamó la atención fueron
dos cosas que dice mucho de sus habitantes:
· Y otra, la buena disposición de algunos jubilados que colaboraban desinteresadamente con el turismo haciendo de guías o facilitando información en los edificios más representativos.
Pasamos
por varias casas solariegas con ventanas y puertas de cantería y escudos
nobiliarios en sus fachadas. En una de éstas, la perteneciente al Marqués de
Labrador del siglo XVI, está el actual Centro de Interpretación de Alcántara.
Estos
escudos nobiliarios están muy presentes en las fachadas de la Villa, habiéndose
contabilizado hasta 93 blasones en todo el casco urbano. Nos contaron una
curiosa historia sobre uno de ellos: el formado por varios linajes y situado
encima de un antiguo torno de monjas perteneciente a un desaparecido orfanato. Por
lo visto, los linajes pertenecían a las familias que contribuían al
mantenimiento del convento, después de depositar allí las criadas, a sus hijos
bastardos.
Centro de Interpretación |
Entrando
ya en el barrio gótico, empezamos a recorrer las largas y estrechas calles
blancas adaptadas a la morfología del terreno, típicamente medievales, con
suelo empedrado y pequeñas casas con ventanas y portales de arcos de cantería,
unos apuntados, otros adintelados y siempre con predominio del estilo ojival. Algunas
de estas portadas tienen tallada simbología cristiana, aludiendo a sus
moradores.
Otra
característica de estas viviendas es la presencia en su fachada de ménsulas de
granito o de pizarra, dependiendo de la situación adinerada de la familia a la
que pertenecía. Se le conocen también como poyetes y sobresalen a la altura del
alféizar de la ventana. Su uso era variado pero principalmente para la
colocación de alimentos que necesitasen secado o conservación.
Este
Barrio formado por diecinueve calles, con doscientas sesenta y seis portadas de
estilo ojival y adintelado ha sido
incluido en la Red de Juderías, que
comienza en Hervás y finaliza en la localidad portuguesa de Castelo de Vide.
Además
de sus típicas casas, posee una antigua sinagoga medieval que nos muestra la
señora Marcelina, una de las personas del voluntariado que comenté antes y que
nos descubre tradiciones judías de la época.
Su origen
es del siglo XV y construida sobre una antigua fragua. Tiene en su interior un
dosel con cuatro columnas de granito que probablemente delimitaban el bimah,
que es donde se hacía la lectura de la Torah.
Tiene un tejado a cuatro aguas y
una especie de linterna para la entrada
de la luz. Conserva las puertas de
acceso a la sala de mujeres y al vestíbulo.
Una de las paredes presenta un
afloramiento rocoso sin revocar que recuerda la destrucción del templo de Salomón en Jerusalén. Después de la expulsión
de la comunidad judía, fue destinada a matadero.
La
sinagoga está situada junto a la calle Pocito, nombre que se debe, según nos
contaron, a un pozo que existía antiguamente en la esquina y en el que se
purificaban antes de entrar a orar y después de salir del prostíbulo situado
varios portales más arriba.
Estas
dos historias, la del orfanato y la del pozo no viene reflejado, que yo sepa,
en ningún sitio. Nos las contaron gente nacida allí, con la que tuvimos el
placer de charlar.
De
aquí nos acercamos a ver la iglesia de Rocamador, situada junto al castillo y famosa
por haber contraído matrimonio en ella la infanta Isabel con el rey de Portugal
Manuel I El Afortunado en 1497. Acontecimiento que festejan todos los
años en la primera semana de agosto.
La
primitiva iglesia probablemente se asentó sobre una mezquita. Su nombre se debe
al Santuario de Rocamadour, al sur de Francia, y traída por caballeros franceses que pelearon en las
guerras de la Edad Media.
Esta
iglesia, con portada de estilo clasicista, tiene
un retablo en el altar mayor que se le atribuye al taller de Churriguera.
La
señora Isabel Corrales se encarga voluntariamente de mostrárnosla con una alegría contagiosa. Nos
habla de las dos obras consideradas joyas artísticas:
- El Cristo de las batallas, atribuido a Berruguete y conocido popularmente con el nombre de “El Garabato” por la posición de su cuerpo retorcido. Nos cuenta que muchísimos médicos que lo han visto coinciden en comentar el realismo de su cuerpo “in mortis”
- La Virgen con los Santos Juanes, del extremeño Luis de Morales (el Divino Morales), compuesta por ocho tablas ensalmadas y que, según la leyenda, el rey Felipe II oró ante ella en uno de sus viajes a Portugal.
Esta iglesia, al
estar situada en los muros del castillo, seguimos nuestro recorrido por allí .
Existen documentos del siglo XIII que ya hablan de él. En los siglos
siguientes sufrió múltiples remodelaciones para aumentar sus defensas.
Se
accede a él por una puerta situada bajo un arco de medio punto, con sillares
almohadillados, y en uno de los laterales se encuentra una placa de mármol con
una inscripción que hace referencia a las últimas modificaciones realizadas por
Carlos III.
Es
una fortificación de origen musulmán conquistada por la Orden de Alcántara. El actual
trazado del siglo XVI y XVIII cuenta con
parte de la muralla que bordeaba el pueblo y cinco baluartes con garitas
cilíndricas. En el interior se encuentra el aljibe de planta cuadrangular, la
iglesia de Rocamador y la Torre del
Homenaje.
Esta es redondeada en la parte inferior y a ella subí entre vuelos de
palomas. La vista desde aquí abarca toda la ciudad y entre el paisaje, a lo lejos,
la vecina localidad portuguesa de Marvao. El suelo está formado por lanchas de
pizarra que, al igual que las de piedra de la iglesia correspondían a lápidas
cristianas, éstas corresponden a las lápidas judías.
La
zona alrededor del castillo y de la iglesia de Rocamador junto con el barrio gótico formaron el primer
núcleo de esta localidad. Estas calles concurren ahora en la la Plaza Mayor pavimentada en 1873 y ocupada
por:
- El Ayuntamiento con un pórtico de arcos de medio punto y columnas que se cree pertenecieron a una antigua mezquita árabe o al derruido templo de Santiago y
- La Iglesia de la Encarnación iniciada sobre 1484 y realizada en falsa cantería con dos torres y una espadaña.
La entrada principal tiene un bonito portal gótico
con columnas cuyos capiteles tienen relieves alusivos a las conchas de
peregrinos y otros adornos. En el interior renacentista de tres naves destaca en
el retablo del altar mayor el Cristo de la Buena Muerte, y muchas lápidas
sepulcrales de variados dibujos e inscripciones. Entre estos abundan la
inscripción “yag” que se leería como Yago, en alusión a su probable origen de
la demolida iglesia de Santiago.
Otro
edificio religioso que vimos por fuera fue el Convento de Santa Clara, originario
del siglo XVI . Tiene anexo el templo o Iglesia de los Padres con una bonita
fachada plateresca con los medallones de
San Pablo y San Pedro.
No
vimos el último templo construido en Valencia de Alcántara, que es la iglesia
de San Antonio, ni la Ermita de Nuestra Señora de los Remedios con una gran
escalinata de acceso situada en una pequeña colina y visible desde el castillo.
En su interior se encuentra la patrona de la localidad.
De
época romana se conservan construcciones como:
- El Acueducto situado a dos kilómetros en la cercanía de San Pedro. Tuvo en su origen 17 arcos y debió levantarse con la intención de llevar el agua desde San Pedro hasta el Barrio de la Charca.
- El llamado Pontarrón de los Garabíos con añadidos del siglo XVI y
- El Puente de Piedra, de un solo ojo sobre el río Avid . En el siglo I d. de C. formaba parte de la calzada romana.
Nos llevamos una agradable sorpresa con el patrimonio cultural de esta localidad extremeña pero sobre todo, con su gente. Desde aquí, y habiendo hecho la ruta de los dólmenes, nos fuimos a ver el castillo de Alburquerque.
Wooow, me encantó este pueblo, con sus megalitos, sus ruinas romanas, románicas, barrio gótico ¡no le falta de nada..!! y tu explicaciones, ideales, un lujo Con Autocaravana y sin ella, saludos
ResponderEliminarMe alegro y gracias. Tengo que hacer una entrada con los dólmenes. Hicimos una pequeña ruta para verlos que estuvo muy entretenida. Un abrazo!
EliminarQué lindos puentes, casas, imágenes!. La verdad es que junto a la información que brindas, se hace indispensable tener a la mano tu post!. Gran trabajo! Mis felicitaciones me ha encantado!
ResponderEliminarQue maravillas de fotos! El puente de piedra me ha encantado y como siempre tu post es increíble!!!
ResponderEliminarSaludos Pilar
Gracias a vosotros. Un abrazo!
ResponderEliminarQué buena salida Pilar, en todos los sentidos, y las fotos.... me encantaron! De veras me gusta salir a conocer tanto rincón hermoso de tu mano.
ResponderEliminarDebe ser un sitio muy tranquilo. Nunca he visto tantas cigüeñas en un mismo edificio.
ResponderEliminarValencia de Alcántara nos sorprendió gratamente. Hicimos un recorrido muy interesante por las localidades fronterizas.
ResponderEliminarEduardo, por esta zona y por Castilla y León siempre hay muchas cigüeñas :)
Gracias a los dos por vuestros comentarios.
Un abrazo!
Enhorabuena por este fantástico post!!! las imágenes del barrio gótico, iglesia,,, de estas localidades recorridas son geniales, me ha gustado saber un poquito más y disfrutar de ello desde mi pc. Saludossss
ResponderEliminarUna belleza de zona. Muy detallada presentación que inspira mucho a viajar al sitio. Un abrazo. comparto.
ResponderEliminarGema y Lumy, gracias a vosotras por acompañarme con vuestros comentarios! Un abrazo!
ResponderEliminarBuenos días,
ResponderEliminarEste es el pueblo natal de mi padre y es una visita muy recomendable. Además de los lugares citados, os recomiendo la visita de la Estación de Ferrocarriles, con sus arcos característicos y los azulejos. En otro tiempo fue uno de los poblados ferroviarios más importantes del sur de Europa, aunque ahora ha caido en el abandono.
Asimismo, es importante destacar la gastronomía de la zona, con muy buenos restaurantes. Entre mis preferidos por la sencillez de su gente, es el bar "La Serrana" situado en la pl. del Ayuntamiento.
Todo el entorno del pueblo, con sus pedanías es muy interesante de visitar.
Un abrazo y gracias por el artículo.
Gracias Abel por darnos a conocer tus recomendaciones. Como bien dices es interesante de visitar y seguro que volveremos por allí.
EliminarUn saludo!
El segundo escudo es de los Contreras Chumacero
ResponderEliminarUn saludo
Pantxike Kontreras