Pompeya



Día 16

Dejamos Roma y cogemos la autopista dirección a Nápoles donde nos topamos con la típica picaresca en una gasolinera.  Paramos a repostar y en el surtidor que vemos a 1, 27 nos dicen que es sólo para camiones, que demos la vuelta a otro que hay detrás. Cuando lo estamos haciendo nos llama el empleado de otro surtidor para que echemos allí. Como nos damos cuenta que es a 1,35 le decimos que  nos ponga solo 10 euros y nos dice que a 1, 27 está en el surtidor del que veníamos, que fuéramos para allá ¿pero no era solo para camiones? Bueno, pues nos dice que la siguiente gasolinera está cerrada con lo que le ponemos los 10 euros y en la siguiente repostamos a 1,28 euros ¿Cerrada?
En la autopista de Nápoles las obras coinciden con la mayoría de las que llevamos vistas hasta ahora, incluida Roma, que están paradas y no hay nadie trabajando en ellas.
Al llegar a Pompeya hemos entrado directamente al camping Espartacus, pues habíamos leído que era fácil la visita de  los amigos de lo ajeno si aparcabas la auto en cualquier sitio. No es ninguna maravilla de camping, pero disponía de wifi  y  además su situación era inmejorable para visitar la Antigua  Ciudad. Está situada justo enfrente, así es que después de comer y refrescarnos  nos fuimos para allá.



No se sabe si Pompeya fue fundada por los oscos o por los etruscos en el VII u VIII a  C., pero pronto cayó bajo el dominio de los samnitas y éstos pasaron  a estar bajo la hegemonía de Roma tras ser vencidos por ellos. En un principio conservaron su propia autonomía, pero como participó en la guerra social contra Roma fue asediada y finalmente rendida. Se convirtió así en una zona residencial romana donde habitaban las familias nobles enriquecidas con la producción agrícola, principalmente vino,  y los esclavos libertos enriquecidos con el comercio.







Hubo un terremoto que causó daños importantes en los edificios y cuando estaban en plena actividad de restauración, por el año 79, el Vesubio entró en erupción y pilló por sorpresa a los habitantes que ni siquiera tuvieron tiempo de ponerse a salvo.  



Después del desastre, la ciudad quedó sepultada bajo un estrato de cenizas de seis metros de altura que ha permitido el testimonio de la vida en el momento de la destrucción.
Es importantísimo estar bien organizado y tener claro lo que uno va a ver o corre el riesgo de perderse cosas interesantísimas como nos ocurrió a nosotros.
Está rodeada por una muralla con 6 puertas. La principal es Porta Marina, llamada así por estar orientada al mar, y sus calles, al estilo romano, de norte a sur (cardo) y de este a oeste (decumano).




Entre los restos arqueológicos que vimos están los edificios más importantes de la ciudad, como  el Foro, plaza rectangular y centro de la vida comercial donde se encuentra edificios como el Macellum (donde se lavaban los pescados), el de Eumaquía (gremio de tintoreros y lavaderos) o las antiguas dependencias de los cereales.



 Hoy son utilizadas como almacén de material arqueológico y donde pudimos ver el molde de una víctima de la erupción del Vesubio. Había varios más pero que nosotros no vimos por haber un grupo bastante numeroso, como tampoco vimos los del Jardín de los Fugitivos, visita obligada.  





  Otro edificio, la Basílica, llama la atención por el diámetro de 1,10 metros de sus dos filas de columnas de ladrillo. En esta zona se encuentran los templos de Júpiter, de Apolo, de Vespasiano y de los Lares.


            
Otros edificios de los que se conservan restos son los  Templos de Venus o Isis , varias Termas y uno de los lupanares o cubículos más importantes de Pompeya. Al entrar lo que llama la atención son los frescos con distintas escenas sexuales que hay situados encima de la entrada a las estancias, y que no estaban allí por efecto decorativo,  si no para informar a los clientes de lo que podían encontrar traspasando el umbral de cada una de ellas. Son habitaciones muy pequeñas con una estructura de obra adosada a la pared a modo de cama.









Donde pasamos un rato divertido haciendo fotos y declamando fue en el Pequeño Teatro u odeón destinado a las representaciones teatrales o mímicas.



 También existe un Palacio Grande y un par de Palestras, además del Anfiteatro en el que también estuvimos haciendo el tonto simulando ser gladiadores luchando y fotografiándonos a lo "romano"







Y lo que más me gustó fueron sus larguísimas calles empedradas, con sus correspondientes pasos a nivel para cruzar y evitar ensuciarse con las aguas, además de que servían para aminorar el paso de los animales. 



La sensación de caminar por estas calles estando solitarias impresiona. No tienes nada que te recuerde el presente y hace que retrocedas en el tiempo; entras en las casas con la sensación de visitar a los vecinos. No tienen ventanas y la luz entra por la parte superior de los patios como el atrio y el peristilo o jardín, la mayoría con fuentes. 










Tienen salas para diferentes usos como el triclinium para comer, el cubículum para dormir, y el tablinium para reunirse . Eran casas  lujosas y algunas conservan las paredes decoradas con frescos o los pavimentos de mosaico.







Fuera de ellas había estancias que se usaban como tabernas o negocios. Se puede entrar en gran parte de ellas, como en la Casa del Fauno , la Casa del Poeta Trágico, la del Cirujano o la de los Vettii











Y por lo visto, la más bonita y conservada de todas, no la vimos por estar fuera de los límites y nosotros  con el tiempo justo: La Villa de los Misterios. La experiencia de entrar en las casas y observar su estructura y decoración es única pues las evocaciones a la época son tantas que casi te sientes parte de ella.



De vuelta al camping hemos puesto una lavadora y por cinco euros nos hemos conectado al wifi cinco horas reales. 
Por la noche no se ha movido ni una gota de aire, ha hecho muchísimo calor y encima los mosquitos no  han parado de hacer de las suyas.

Al día siguiente teníamos pensado visitar Herculano y subir al Vesubio pero los Jesuses están cansados de ver restos de la era romana y  nos vamos directamente al Vesubio.
Hemos dejado el camping después del avituallamiento, y como suele suceder, no está adaptado a las autocaravanas.



Gastos 2010:

Entrada a Pompeya : 11 euros y 5,50 reducida a estudiante o carné joven.
Camping Spartacus : 3 adultos 28,50 con electricidad.





10 comentarios:

  1. excelentes las fotos !!! interesante el lugar !!!

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  2. Gracias. Agradezco tu comentario y sí, es un lugar al que habría que llevar a los estudiantes si hubiera una máquina teletransportadora

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  3. Que.fotos.más chulas! Desde.luego.que.es unblugar d visita obligada y tiene que.ser grande no?

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  4. Que.fotos.más chulas! Desde.luego.que.es unblugar d visita obligada y tiene que.ser grande no?

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  5. Es increíble, pero parece que estoy todavía ayer, es una visita que recomiendo hacer incluso si tienes hijos a partir de 6 7 años, preguntan muchas cosas y muestran interés.

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  6. Wowo, que fotografías, los templos, calles, artesanías, todo!! realmente desearía estar en esa caravana de paseo porque se ve genial!!! Saludos!!! felicitaciones por el post!

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  7. Que ilusión me hace vuestros comentarios. Gracias y sí, si es grande. Y uno de esos lugares que se quedan grabados para siempre Un abrazo

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  8. Gracias, me sentí recorriendo el lugar, como cualquier habitante antiguo.

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