Los ayuntamientos, casas rurales y empresas, intentando atraer turismo y dar a conocer los recursos naturales de la zona; están organizando rutas que nos permiten descubrir y disfrutar de viejos senderos, de primitivos grabados, de antiguos lagares y construcciones de diversa utilidad, hoy en desuso, de saltos y cascadas que forman los arroyos y ríos en su cauce. Así como del espectáculo que ofrecen los bancales de cerezos en su máximo apogeo de floración.
Esta última actividad, la de pasear entre los cerezos en flor, es muy común en la zona del sur de Salamanca y norte de Cáceres, como el Jerte o Las Hurdes donde hacen fiestas en honor a tan noble frutal.
El pueblo de Azabal es uno de los que se ha unido a esta iniciativa y cuando organizó la II Ruta del Cerezo en Flor yo participé.
Está situado en el umbral de la comarca de Las Hurdes a medio camino entre Pinofranqueado y Casar de Palomero, municipio al que pertenece junto a Pedro Muñoz y Rivera Oveja.
Salimos desde la plaza de la iglesia y antes de comenzar la ruta hicimos un breve recorrido por las calles del pueblo, viendo su típica arquitectura hurdana de balcones hechos con lanchas de pizarras, algunos adornados con pelistras.
Pasamos entre huertos en los que se encontraba un vecino en plena faena de plantar patatas y tras unos metros por la carretera, cruzamos ésta y el río de la Hoya para ir en busca de las antiquísimas huellas dejadas en los grabados rupestres de la Vegacha del Rozo y Lagar de la Hoya
Estos grabados no son las únicas huellas de tiempos prehistóricos en Las Hurdes. A lo largo del Valle que forman los arroyos y río de los Angeles hay varios petroglifos encontrados, testigos de la presencia humana en estos entornos del periodo Neolítico de la Edad del Bronce:
- el de Erías
- el del Tesito de los Cuchillos, en el Castillo
- el del Riscal, el de las Herraduras y Pimpollososa I,II y III, cerca de Sauceda
- el de la Peña del Monte en Mesegal
Una vez vistas y fotografiadas pasamos por el antiguo Lagar de la Hoya que conserva aún recubiertos de musgo, los contenedores de piedra donde se almacenaban las aceitunas a la espera de la molienda y la vieja rueda de molino.
Con una buena vista de Azabal, cogemos el camino "El Bramadero" para subir hasta la Ermita. Desde aquí seguimos ascendiendo entre brezos floridos con la panorámica de los bancales de cerezos y olivos de la Hoya.
Al fondo, el pico del "Cachi gordo" de significado especial para mi familia |
Hemos caminado 4 kilómetros y a partir de aquí comienza el paseo por los cerezos. Cerezos que aún están sin flor por lo atrasado que viene el calor pero que no nos impide disfrutar del paisaje e imaginar cómo será esto dentro de unos días vestido de blanco. Hay unos viejos cerezos de tronco grueso que tienen que estar espectaculares.
Después, pasando por huertos y entre olivos y perales, volvemos de nuevo al pueblo donde nos esperaban unas ricas migas extremeñas acompañadas de café con leche. Y cuando digo ricas, es que estaban en su punto: ni secas ni "mojás", ni sosas ni "salás".
Después de comprar pan y dulces, nos fuimos a casa con los pulmones llenos de aire puro y olores del campo pensando ya, en la siguiente marcha o actividad
Si quieres descargar la ruta pincha aquí
Una excursión preciosa, y tu narración muy instructiva, yo tampoco conocía las construcciones circulares, la verdad que cada rincón de España es un tesoro inexplorado, cuanto nos queda por descubrir, ¡¡¡no nos va a dar tiempo!!! jejeje
ResponderEliminarGracias Alvalix. Me alegro que te guste. Y tienes razón, no tenemos vidas para conocer tantos rincones estupendos, así es que mientras tengamos una...habrá que aprovecharla! Un abrazo
EliminarQué fotos más interesante!. Me has hecho dar ganas de irme por la Sierra de mi País y recorrer paisajes similares. En tu post viajé un instante por esos lugares en donde cuando conversas con personas de allí muchas veces te encuentras con leyendas increíbles. Muy buen post! Saludos!
ResponderEliminarA mí me gusta mucho salir por la sierra y sobre todo hablar con la gente mayor porque siempre aprendes cosas que te hacen ver el entorno de forma distinta.
EliminarGracias por pasarte a comentar.
Que precioso paseo, da gusto cuándo el cerezo está en flor. Gracias
ResponderEliminarDurante años he tenido instalada mi caravana en un camping entre Jerte y Cabezuela del Valle. Una zona maravillosa y cuando los cerezos se llenan de flores... ¡¡¡más maravillosa aún!!!
ResponderEliminarHas hecho una ruta preciosa por tierras extremeñas. Conozco muchos de esos pueblos y todos tienen su encanto.
Gracias por mostrar a todos un trocito de mi Extremadura.
Saludos desde EL TERRAO.
Muchas gracias a vosotros por pasaros por aquí a comentar.
ResponderEliminarExtremadura es una tierra que sorprende a todo el que la conoce.
Saludos
La única vez que visité Extremadura me sorprendió muchísimo y para bien. Estábamos de promoción del Requiem de Liszt, y grabamos en varias ciudades. Me quedé con ganas de volver. No tanto por los cerezos, que aquí en el Valle del Genal también abundan y están preciosos en esta época.
ResponderEliminarSaludos
Preciosa entrada! Qué envidia de excursión! Es un sitio muy bonito y me encantan los cerezos. He visitado el Valle del Gerte y me quedé enamorada del lugar.
ResponderEliminarExtremadura es muy variada y sus gentes tienen un carácter especial, cercano y acogedor. Es muy agradable de visitar, pero claro, ¡que voy a decir yo!
ResponderEliminarSaludos y gracias por pasaros por aquí
Me ahorro tener que ir a Japón en abril.
ResponderEliminarMuy lindo post.
Pues sí Johann, los tenemos bien cerquita. Un saludo!
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