Rutas y miradores de Hinojosa Vilvestre y Mieza.


Nos encontramos en Hinojosa del Dueroiniciamos el día con la compra del pan y el queso tradicional, famoso y riquísimo. Visitamos la Ermita, el  Ayuntamiento y varios edificios en busca de las estelas  que muestran el paso de los romanos por Hinojosa.




























La panadera nos indica una ruta para hacer a pié:  La Peña la Vela que desde el pueblo son 10 Km y que después hicimos parcialmente. Cuando nos disponíamos a visitar, andando, la fuente romana, tuvimos que dejarlo porque se nos adelantó un rebaño de ovejas que iban pavimentando  el camino.


Nos dirigimos a la Peña la Vela, dejando la auto en el aparcamiento de la carretera, justo al pasar el puente que cruza la vía del tren. Al no ser la ruta circular, es una buena opción para no tener que hacer 20 kilómetros.



Así, el camino desde aquí es aproximadamente  de unos 4 Km. y es muy agradable. Almendros, tomillo, genista, jara e hinojo  lo acompañan hasta el final donde la vista se pierde con el paisaje que forma el Duero encajonado, la presa y el poblado de Saucelle. En este paraje hay un refugio y chozos de piedra característicos de la zona. Hay dos bifurcaciones en el trayecto y siempre hay que coger el camino de la derecha (hay que pasar un pequeño trozo de finca privada).






Después de reponer fuerzas bajamos al Poblado de la presa de Saucelle, en un enclave silencioso y verde con interesantes construcciones y  hoy convertido en  Centro de Turismo Rural




La presa está construida en el tramo final del cañón del Duero y poco antes de recibir al Huebra. Desde aquí también se puede pasar a Portugal.

La subida hacia Saucelle y el Puerto de la Molinera, que comunica con Hinojosa y Lumbrales, es espectacular y salva un gran desnivel  sin perder de vista el Duero.



Nosotros tomamos la carretera del Puerto de la Molinera que atraviesa un enclave precioso en el que se encuentra el Puente de la Molinera, sobre el río Huebra, y la cascada del Cachón de Camaces, antes de rendir sus aguas al Huebra. Existe un mirador desde el que se puede ver esta cascada. La carretera del puerto es estrechita y no tiene "quitamiedos", lo que quiere decir que desde la autocaravana, el desnivel impresiona más.




Como queremos visitar Vilvestre, nada más dejar  a la derecha la carretera que conduce a Hinojosa y tomar dirección Lumbrales pasamos por los restos de la espadaña del poblado de San Leonardo, destruido en la batalla contra los franceses. La vemos de pasada porque no hay lugar para dejar la autocaravana.

Vilvestre está situado en lo alto de un cerro en el que existió un castillo, pero hoy lo que hay es  una ermita y un gran mirador sobre el Duero




La vista desde aquí es preciosa y se puede llegar con la autocaravana. Subiendo desde el pueblo hay que coger la calle de la derecha porque la de la izquierda es muy estrecha y las balconadas impiden el paso.  Y hablando de balconadas, abundan las  barandillas con una  forja  y un  diseño extraordinarios.



Decidimos pasar la noche enfrente de la quesería y ni que decir tiene, que volvimos a comprar quesos y un requesón buenísimo que vendían por 3€ el kilo (esta noche, fue el postre  con miel de las Hurdes) y nos dispusimos a pasar la noche con la tranquilidad que nos dieron los queseros de que era un lugar muy tranquilo y ellos vivían allí.

Domingo
A la mañana siguiente fuimos a felicitarles por el requesón y a decirles que seguíamos ruta. La oficina  de información estaba cerrada hasta la 1, y optamos por dar una vuelta por las calles del pueblo,  viendo la Iglesia, el Ayuntamiento y la arquitectura popular.





















Desde aquí, sale un sendero de 7 km que llega a Mieza, y forma parte de un sendero mayor de Las Arribes pero nosotros con la auto nos vamos a conocer  el muelle de Vilvestre desde el que sale un barco turístico con dos horarios distintos en temporada alta y baja y en el que las salidas oficiales se realizan los fines de semana.  No había nadie en el muelle, también es verdad que era temprano, pero el paisaje, como en todos los sitios de la zona, no nos defraudó. Se puede llegar con la auto hasta abajo y hay merenderos muy bien acondicionados





Volvemos a subir al pueblo y cruzándolo nos dirigimos a Mieza para ver un par de miradores: El de La Code y el de  La peña del Aguila. Se accede a ellos por senderos de tierra ,es aconsejable hacerlos a pié, el primero imposible con la auto y el segundo , aunque se puede, es difícil en el caso de cruzarte con otro vehículo y a la hora de aparcar.

 Nada más aparcar la auto visitamos la Ermita del Humilladero (que estaba abierta y tenía una pequeña cúpula sobre pechinas) y el lavadero que, increíblemente, seguía funcionando. No había nadie lavando en ese momento, pero una señora nos comentó que los lunes y martes se llenaba de mujeres lavando y cotilleando. Esto último nos lo dio a entender dándose varios toquecitos con el dedo en la lengua . El hecho de que estuviera el agua tan clara se debía a que los viernes lo limpiaban y frotaban con un cepillo.





Empezamos haciendo el camino de La Code, de unos 2 kilómetros, que nos lleva por un camino de cerezos, encinas, enebros, cornicabras y un árbol típico de la zona : el almez (el almezal de Mieza constituye el más extenso de Europa). En el recorrido pasamos por el merendero situado en el colagón del tío Paco, mirador colgado sobre el Barranco del Tuerto y desde el que se divisa un bello tramo del Duero  embalsado por la presa de Saucelle.





Llegando al final del camino, volvemos a encontrar otra mirada al Duero desde la Virgen de la Code


y finalmente el mirador o promontorio situado verticalmente y desde el que se divisa a un lado y a otro el rio Duero. El barco deslizándose por sus aguas da fe del funcionamiento de los viajes turísticos de  Vilvestre.




En el camino de vuelta encontramos un letrero que nos señala  la Peña Resbalina. Nuestra curiosidad nos puede y efectivamente, la peña resbala y nos echamos unas risas deslizándonos por ella y grabándonos en vídeo.


Volvemos al pueblo y después de comer nos dirigimos a la Peña del Aguila, el sendero tiene algo más de 3 kilómetros , es un camino sin ninguna dificultad, al igual que el anterior y también dispone de merendero. Es un oteadero más desde el que divisar el rio Duero en su viaje hacia Portugal  y por el que se accede por un camino delimitado por las cercas típicas de la zona, en las que laboriosamente se alternan piedras grandes colocadas verticalmente, con otras más pequeñas haciendo pared.








A la vuelta de la ruta, nos dirigimos a casa satisfechos del fin de semana .









8 comentarios:

  1. Qué lugar más bonito para pasar unos días y desconectar, me lo apunto sin duda para próximas escapadas!

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  2. La verdad que Spain, tiene lugares encantadores y maravillosos. solo hay que dedicar un poco de tiempo para preparar los viajes. un saludo

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  3. Gracias a los dos por pasaros por aquí. Un abrazo!!

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  4. Un sitio precioso, especialmente el entorno.

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  5. Un sitio realmente espectacular, y es que donde hay agua.....
    Saludos

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  6. La conozco... y el salir a conocer esos rincones maravillosos... e inhalar la naturaleza y lo que nuestra mirada se lleva es espectacular.Un saludo

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    1. Sí, la zona de Las Arribes es una una belleza y un poco desconocida fuera de Salamanca. Tengo que escribir alguna entrada más. Saludos

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