Continuando nuestro viaje fronterizo, nos vamos a conocer
el imponente Castillo de Alburquerque, en la provincia de Badajoz que ya desde la
lejanía se divisa en todo lo alto de la villa.
Alburquerque está situado en las
estribaciones de la Sierra de San Pedro, y a tan solo 38 km de la capital de Badajoz. Su origen se remonta también a la prehistoria como demuestran
las pinturas rupestres del “Risco de San Blas,” pero el origen actual de la
población es árabe. Su nombre deriva de su antecesora Abu al-Qurq (País de Alcornoques)
Debido a su situación fronteriza
fue motivo de disputas. Primero entre árabes y cristianos (Fernando II de
León fue el primero que la incorporó al reino cristiano confiándole la defensa
a la Orden de Santiago) y después entre portugueses y españoles (Alfonso
Sánchez, hijo bastardo del rey Dinnis, reconstruye y amplía la fortaleza) hasta
su reconquista final por Alfonso IX.
Aparcamos en la villa,
considerada Conjunto Histórico Artístico, por la segunda entrada de la EX110,
viniendo de Valencia de Alcántara, en la calle Foso. Dejamos la autocaravana en la alargada calle
que conduce al centro (allí mismo habríamos de dar la vuelta para salir) y muy
cercana al castillo. Comenzamos nuestro paseo en busca de la Oficina de Turismo, pero no pudimos resistir la tentación de traspasar una de las Puertas de
entrada al recinto amurallado, la Puerta de Valencia. Flanqueada por dos torres
cilíndricas de 13 m. de altura tiene dos puertas, la primera con arco de medio punto y la
segunda ojival.
Se accede al barrio que se conoce como
Villa Adentro o Barrio Gótico Medieval. Sus calles cumplen con el bonito estilo
y ambiente que les caracteriza: son calles estrechas y solitarias, salvo por el
ruido que sale del interior de las casas y
con portales ojivales.
Algunas de
estas fachadas, al igual que las puertas y destacando sobre el blanco, están adornadas con macetas de flores que dan
un poco de color al barrio. No están tan bien cuidadas como las de Valencia de Alcántara, pero conservan su atractivo. Estas calles empinadas descienden hasta las proximidades de la Plaza de España, espacio abierto y principal del casco urbano, donde se encuentra la Oficina de Turismo
En nuestro paseo dimos con la
Iglesia de Santa María del Mercado, del siglo XIII. Su nombre se debe al
mercado o zoco que había en su puerta y al que acudían judíos, cristianos y
musulmanes. Su exterior es sencillo con una puerta ojival sobre la que se ve un
relieve del descendimiento de la cruz.
El interior nos lo mostró, muy
amablemente, un señor dedicado a ello. Esta vez se me
olvidó preguntar su nombre. El interior es de tres naves con cuatro capillas y retablos de los siglos XV y
XVI dedicados a distintas advocaciones.
Según nos contó, es de gran
interés la imagen del Cristo crucificado, llamado “Cristo del Amparo” que se
encuentra encima de la clave del arco toral principal.
Vimos la sacristía con bóveda de
crucería a la que se accede por un labrado arco en la puerta
También nos mostró en el suelo
una lauda judía, término que proviene del latín y que es una
lápida que se coloca sobre la sepultura del difundo para su identificación,
bien a través del nombre, profesión o estirpe.
Después de ver la sacristía con bóveda de crucería y a la que se
accede por un labrado arco en la puerta, le agradecimos al señor sus
explicaciones y dedicación y marchamos a ver las tumbas antropomorfas situadas
en un lateral del exterior de la iglesia. Las tienen protegidas por una verja
pero es una pena que estén sin limpiar.
En la Oficina de Turismo nos
dieron la inesperada información de que el Castillo de Luna no se puede visitar por dentro. Lo
están rehabilitando para convertirlo en hotel y lo único que se puede
hacer es recorrer sus murallas y ver el
exterior.
Castillo e Iglesia de Santa María del Mercado |
Está declarado Monumento Nacional
y es uno de los mejores exponentes de la arquitectura medieval española al
estar formado por cuatro recintos escalonados o áreas defensivas. Están situados
en la ladera norte, datan del siglo XIII y han ido configurándose por los
sucesivos señores. Alvaro de Luna y
Beltrán de la Cueva incorporaron elementos importantes como la Torre
del Homenaje y la Torre de los Cinco Picos comunicadas a través de un puente
levadizo y un gran arco ojival.
El patio de armas está rodeado de
varias dependencias como los aljibes o la Iglesia de Santa María del Castillo,
cerrada al culto.
El recinto amurallado tiene una
altura media de 10 m. Se puede subir a él y es lo que hicimos. Su construcción
se le atribuye al portugués Alfonso
Sánchez en el año 1276.
vista desde el castillo |
Es abaluartado y conserva dos puertas, la de Valencia por la que entramos y la Puerta de la Villa o Puerta de Belén. En
ambas se encuentra el escudo heráldico del constructor portugués.
El recinto envuelve todo el
barrio gótico medieval, antes antigua villa, y lo recorrí hasta encontrarme con
el muro del castillo, donde no se podía continuar. Mi pensamiento era el de estar paseando por
el escenario de tantas batallas y reconquistas.
pasarela hacia el imponente castillo sobre los riscos |
Al estar situado en lo alto de un
promontorio dominando todo el horizonte, las vistas desde aquí son excepcionales. Al sur las dehesas con
alcornoques y olivares y al norte extramuros, la llamada “Villa Afuera”.
vista de la calle Foso desde la muralla |
Iglesia del Santa María del Mercado vista desde el castillo |
En esta parte encontramos
- La Iglesia de San Mateo, en frente de la Puerta de Belén, construida en los siglos XVI y XVII sobre una antigua ermita en la que se acogían los restos de los cristianos que fallecían en Villa Adentro.
Iglesia de San Mateo |
- La Torre del Reloj, en la cara norte de la muralla, es de granito en forma de prisma y está rebajada en la parte inferior para facilitar el tráfico. Tiene 10 metros de altura y arriba un reloj y la campana que servía antiguamente para avisar a los vecinos en caso de peligro.
- La Torre Cabera en mampostería con esquinas de granito. Servía de defensa y en la parte superior está rematada por una celosía de ladrillo.
Torre del Reloj y Torre Cabera |
Y lo que no vimos:
- La Torre Rocha, torre defensiva también, de mampostería y ladrillo ,rematada con una cúpula semiesférica.
- La sinagoga.
- El Convento o Iglesia de San Francisco
- La Ermita de Nuestra Señora de la Soledad, ahora sin culto y regentada como bar.
En la Oficina de Turismo nos
hablaron del Santuario de Nuestra Señora de Carrión, patrona de Alburquerque y
situada a 7 km en dirección La Codosera. Nos dijeron que merecía la pena no
solo por la imagen, también por el retablo y el paraje natural en que se
encuentra.
Después de tomar algo en la Ermita
de la Soledad, situada en la Plaza de España y utilizada hoy como cafetería,
nos fuimos nuevamente a por la autocaravana en busca de la ermita de Nuestra Señora de la Soledad.
Plaza de España |
Qué chulada de lugar! Me he visto ahí en la pasarela encarando hacia el castillo! :-) Un besote!
ResponderEliminarEs una gozada poder pasear por los adarves del castillo donde se libraron tantas batallas. Ya solamente la vista desde allí merece la pena. Gracias por dejar tu comentario y un abrazote!
EliminarLas fotos con esa prespectiva están muy chulas Pilar.... te conducen al Castillo. Beso!
EliminarQue bonitas las fotos!!
ResponderEliminarAclarar que Alburquerque esta en la Sierra de San Pedro,que se llama así, sin los BALDIOS.
Sierra de San pedro-Los Baldíos es el nombre de una Asociación de desarrollo a la que también pertenece como socio Alburquerque
Los Baldios de Alburquerque son 7500 hectáreas de propiedad municipal de rica dehesa que dan nombre a su Comarca,pero no a la Sierra de San Pedro que discurre entre Montanchez y Santiago
Desde Albuquerque(sin R) EEUU viene gente para conocer la Villa atraídos por compartir el nombre,que allí pierde una R por dificultad idiomatica. Algunos descendientes de los que llegaron allí hace siglos desde esa localidad.
Donde vamos la próxima vez????
Muchas gracias Inocencia por tu aclaración y aporte. Así da gusto! Ya lo tengo corregido.
EliminarLa próxima vez? Toca Portugal, que coincidió con su fiesta pero algo pudimos ver.