Nos dirigimos a Marvao, villa medieval con una fortaleza inexpugnable, desde Valencia de Alcántara. Seguimos el camino que muchos judíos extremeños tomaron hace más de quinientos
años, al ser expulsados de España. Una placa situada junto al puente medieval y
la piscina natural de Marvao lo recuerda.
Marvao pertenece al distrito de
Portalegre , en la región del Alentejo . Está situada a 843 metros de altitud, sobre una de las
cumbres de la Sierra de Säo Mamede (parque natural). La región, al igual que su
vecina fronteriza, tuvo asentamientos continuos de diversas culturas y pueblos
desde el Paleolítico hasta la llegada de Roma.
Los romanos la denominaron
Herminius Minor, en referencia a los Montes Herminios (hoy Sierra de la
Estrella), y su nombre actual se debe al caudillo musulmán Ibn Marwan que
conquistó la región reedificando las fortificaciones y dándole su propio nombre.
Es una preciosa villa medieval a
la que hay que subir mediante una serpenteante carretera, en la que se ve recortada
la silueta del castillo y sus muros. En la subida encontramos, para nuestro asombro,
un aparcamiento de autocaravanas.
Seguimos subiendo y aparcamos en
la base de las murallas.
Habíamos visto en internet
fotografías de la villa tomadas desde el castillo que nos animaron a conocerla.
Solamente su silueta adaptada a la planicie de la colina, en forma trapezoidal,
ya es bonita.
Entramos en el recinto por la Puerta
de Rodao que se abre en el lado Norte de
la muralla y tras la cual se encuentra la Oficina de Turismo.
Exterior de la Puerta de entrada |
Interior de la Puerta de entrada |
Antes de subir a
ver el castillo recorrimos un poco la villa. Paseamos por sus calles
empedradas, estrechas y de fachadas blancas .
Las rejas de los balcones son de hierro forjado, algunos hasta con esferas armilares.
Son calles medievales con
pasos abovedados. Sus puertas y ventanas son en su mayoría adinteladas, de
granito y con arcos variados (al igual que el Barrio Judío de Valencia de
Alcántara)
Ante la amenaza de lluvia que se estaba preparando, marchamos rápido hacia el castillo sin pasar por la Praça do Pelourinho, donde se encuentra la famosa Picota de mármol labrado del siglo XVIII y en la que se leían edictos y se ajusticiaba a malechores. Aquí se encuentra también la antigua Prisión y la Torre del Reloj.
Cuenta con varias iglesias :
- la Iglesia de Santiago, del siglo XV, con puerta gótica y situada en el extremo opuesto al castillo.
- La Iglesia de Santa María, a los pies del castillo y hoy convertida en el museo municipal, con piezas de arqueología, enseres romanos y cartografía de la comarca. Desde el castillo se ve muy bonita situada detrás de los jardines.
- La del Espíritu Santo, en la calle del mismo nombre, de fachada renacentista y por la que pasamos junto a una gran fuente barroca en dirección al castillo.
Al final del
ascenso y formando parte de la decoración de una casa encontramos lo que
parecían piedras de catapulta.
El castillo es lo más impresionante
de Marvao. Está declarado Monumento Nacional y debido a su situación
innacesible en lo alto de las escarpadas rocas convirtieron esta plaza durante mucho tiempo
en una de las más importantes al sur del Tajo y la “más inconquistable de todo
el Reino”.
Fue reconquistada para los cristianos por el primer Rey de Portugal,
D. Alonso Henriques entre 1160/1166 y disputada más de un siglo después por su
hermano Dinnis, que en 1299 asume el
control de la fortaleza.
Antes de entrar en el castillo, las impresionantes vistas de la villa
recortada son el preludio de lo que veríamos desde sus torres y murallas. Nada
más pasar la entrada principal del recinto y previo pago de la entrada, 1,30
euros, nos encontramos con la Cisterna del castillo.
Tiene cerca de 10 metros
de altura y 46 de ancho y acumulaba agua para resistir el asedio durante 6
meses aproximadamente. La fotografía no es buena pero sirve para hacerse una
idea.
Atravesando la segunda puerta del
primer recinto amurallado podemos ver la cubierta de la cisterna que no es
más que un solar llamado “el juego de la bola” porque antiguamente era un lugar
de recreo y juegos.
Y dentro ya del primer recinto, la
parte mas antigua, anterior al siglo XIV, entre los aseos, la cafetería y la tienda de artesanía, encontramos
la Torre de la Bandera. Me subo a ella por una escalera “adaptada a los
hocicones” y las vistas que me esperan arriba son asombrosas.
Mirando hacia la villa se puede ver extramuros y, situado en la carretera de ascenso, el Convento de Nuestra Señora de la Estrella.
Cuenta una leyenda que ante la invasión de los musulmanes, los habitantes huyeron a la montañas de Asturias, habiendo escondido antes las imágenes sagradas. Después de cuatro siglos y guiado por una estrella, un pastor encontró la imagen de la Virgen entre unas rocas. En señal de devoción erigió en el lugar un convento franciscano, el Convento de Nuestra Señora de la Estrella, haciéndola protectora del castillo. Tanto es así , que una noche en que los castellanos iban a atacar el castillo ayudados por unos traidores, se oyó una voz de mujer que gritaba “A las armas”. Los centinelas avisaron a la guarnición y ocupando sus puestos pudieron ver como huían los asaltantes.
En realidad, fue fundado en 1448 bajo la autorización del Papa Nicolau V, en el lugar donde existía ya una capilla con el mismo nombre. Otra leyenda dice que fue el último rey visigodo, Don Rodrigo, el que la enterró en el año 711 cuando fue invadido por los árabes y redescubierta posteriormente.
El único lado del castillo que no
tiene paredes verticales rocosas es el este, el que mira a la frontera española.
Para frenar los posibles ataques, construyeron 3 recintos. Después de pasear recorriendo
la muralla y bajando de nuevo al patio de armas, nos vamos al siguiente recinto
presidido por la Torre del Homenaje.
La entrada se hace en curva a través de dos puertas, que servía para ganar tiempo y confundir a los invasores. Este patio está
rodeado de altas murallas y antiguos pabellones de armas.
Subo también a la Torre del Homenaje, la más alta del castillo y reconstruida tras la
Reconquista. Esta vez lo hago por unas escaleras metálicas de acceso que
conducen a una sala con saeteras. Desde
aquí, unas estrechas escaleras conducen hasta la azotea donde las vistas son
insuperables: al Norte Castelo Branco y las estribaciones de la Serra da
Estrela, al Este España y al Sur y al Oeste la Sierra de São Mamede hasta
Castelo de Vide.
Por ello Saramago dijo en su
Viaje a Portugal que “desde Marvao puede verse el mundo”
Pasamos después por la antigua
Puerta de La Traición del Castillo a una zona abaluartada construida a partir
del siglo XVII y que servía para el uso y maniobras de la artillería pesada.
Entre
el baluarte de la izquierda y el de la derecha existe otra puerta de la
traición que permitía la evacuación del Castillo en caso de una improbable
invasión.
No nos cansábamos de contemplar las magníficas vistas y de hacer fotografías de todo el recinto.
El tiempo nos
había respetado pero comenzaron a caer las primeras gotas y volvimos a recorrer
la fortaleza en sentido inverso y apresurándonos, bajamos a la autocaravana. Tuvimos
suerte, porque acto seguido cayó un chaparrón tremendo que duró todo el viaje
hasta Vicente de Alcántara.
Me ha gustado muchísimo más la villa que el castillo. Que bonito parece de cuento. Besooos http://40ytantas.blogspot.com
ResponderEliminarGracias Piluca. Aquí no hay que caminar tanto ¿verdad? Un abrazo
EliminarEs verdad que parece de cuento, que lugar más bonito! Me lo apunto!
ResponderEliminarSí, Sara. Verdaderamente parece de cuento. Las vistas desde lo alto son impresionantes. Le llaman El Nido de Äguilas. Gracias por tu comentario. Un abrazo!
EliminarSin duda un Castillo en un punto estratégico. Si lo visito, me quedo un par de dias a esperar la mejor luz del dia y tomar fotos. Buen detallle ese de las rejas. Las rejas no se pueden echar a perder ya que dudo que hoy dia haya quien pueda trabajarlas tan detalladas.
ResponderEliminarYo tengo una cámara de fotografías de andar por casa pero el día que estuve, era el idóneo para hacer fotos. No hacía sol y el día tenía una iluuminación especial. En cuanto a la forja, siempre me ha gustado.
EliminarGracias por tu comentario!
Gracias a ti por comentarlo. El lugar merece la pena. A nosotros nos gustó.
ResponderEliminarSaludos para ti también!
¡Qué bonito todo! es genial los sitios tan hermosos que parecen sacados de un cuento, y tus explicaciones, geniales...gracias
ResponderEliminarMuchas gracias Afmega por visitarme y comentar. Un abrazo!
EliminarGracias a ustedes se puede viajar sin salir de casa. Un viaje precioso!!!
ResponderEliminar¡¡Bonito lugar y muy buenas fotos!!
ResponderEliminarEsteban alférez Aguilera y Leonardo Damián Pavoni:
ResponderEliminarMuchas gracias por pasaros por aquí y dejar vuestros comentarios. Me alegra que os guste el lugar, las fotos y que podáis viajar conmigo.
Un saludo!