Lieja ciudad Erasmus

Recorriendo Bélgica en tren (1)


Esta vez el viaje no fue en autocaravana y el motivo no fue conocer Bélgica en la que ya había estado hace años. La intención era pasar unos días con  mi hija, que se encontraba de Erasmus en Lieja, y allá fui con mi prima.
Para viajar a Bélgica hay varias líneas aéreas. Nosotros lo hicimos con  Ryanair a precios muy económicos. Cogimos uno de los vuelos que entonces salían desde Valladolid a Charleroi, que se encuentra a 60 kilómetros al sur de Bruselas. Desde el aeropuerto de Charleroi salen autobuses cuyo trayecto es de 10 minutos (línea A o nº 68) a la estación de tren de Charleroi.




La mejor forma de moverse dentro de Bélgica es en tren. La red de ferrocarriles funciona muy bien, los trayectos no son largos, tienen  una buena frecuencia de trenes  y los precios son muy asequibles. Nosotros compramos el Rail Pass para mayores de 26 años, que es una tarjeta que ahora cuesta  74 euros y te permite hacer 10 viajes (para menores de 26 está el Go Pass, de 50 euros) Como se puede compartir,  compramos una.  Más adelante, compraríamos otra.
Rellenamos la tarjeta Charleroi- Liege. Esto hay que hacerlo en cada trayecto que realices y después el revisor se encarga de eso, de revisarlo. Creo que se puede bajar a visitar cualquiera de las ciudades intermedias del trayecto en el mismo viaje, pero no lo pudimos comprobar.

estación de Santiago Calatrava

Nos bajamos en Lieja en la Estación de Santiago Calatrava, la de Guillemins (las otras dos  son la de Palais y la de Jonfosse) Entonces todavía estaba en construcción. Es una estructura arqueada imponente, sin fachada principal y abierta por los lados que permite el paso del frío como pudimos comprobar muchas veces sentadas en el andén . 


la estación de Santiago Calatrava aún en obras

Desde aquí cogimos el autobús hacia el centro, hasta la Plaza de Saint Lambert para continuar caminando hasta el piso. 
En esta primera toma de contacto con la ciudad, nos llamó muchísimo la atención dos cosas: una, la poca iluminación de las calles. Más tarde comprobaríamos que era denominador común en toda Lieja, aunque ahora en muchas ciudades españolas también se está empezando a utilizar la misma. Y dos, la variedad de personajes tan distintos y únicos en cuanto a rareza, que te podías encontrar por la calle.
Los días que no nos quedábamos en Lieja, volvíamos a hacer el trayecto inverso a la estación y nos íbamos a ver otras ciudades. A la vuelta siempre íbamos a La Villa de Noel o Mercado Navideño donde mi hija nos esperaba.

Mercadillo Navideño 

Este mercado navideño que se monta siempre a finales de año, estaba colocado en la Plaza de Saint Lambert y en la Plaza del Mercado, las dos zonas más concurridas de Lieja. Como ya es característico de estos mercados, los puestos estaban con la decoración navideña y sus productos artesanales eran de lo más variado como juguetes, bisutería o figuras de navidad.  Entre ellos también había donde degustar pinchos y bebidas variadas.
Esta Villa Noel crea un ambiente muy especial lleno de sentimientos navideños y de convivencia, y es muy agradable pasear por él e integrarse en los numerosos grupos de gente comiendo y bebiendo alegremente.
Había también entretenimientos como  un tobogán gigante  o pista de descenso.

























Desde aquí nos movíamos por el ambiente estudiantil como el Atlantic, típico lugar belga donde se cena barato y acompañados de la música del piano que algún cliente siempre estaba dispuesto  a tocar.
Para  escuchar buena música o probar variedad de cervezas nos íbamos al Señor Duck. Los tipos y marcas de cervezas en Bélgica son muy variadas, ya que en este país la cerveza  es parte de una tradición. La local es la de Jupiler.

Señor Duck en donde se escucha buena música

Otro bar por el que se movía el “mundillo artístico” era el Pot au Lait, con una decoración particular y pinturas decorando las paredes de la terraza. Lo que llama la atención sin embargo, y que a mí me gustó, son los aseos completamente saturados de grafitis.



Lieja es la ciudad más grande de Valonia, está situada junto al río Mosa y fue un importante centro económico que hoy se ha convertido en el destino elegido por muchos estudiantes, sobre todo de Bellas Artes.

Interior de B.B.A.A.

Interior de B.B.A.A.

Podemos decir que el movimiento gira alrededor de la Plaza de Saint Lambert que debe el nombre a Lamberto, obispo de Tongeren durante el siglo VIII, y que convirtió Lieja en un lugar santo de peregrinación después de que fuera martirizado y asesinado en la ciudad. 

Plaza Saint Lambert

Dominando toda la plaza se encuentra el edificio más importante: el Palacio de los Príncipes-Obispos de Lieja, hoy Palacio de Justicia y Palacio Provincial. Fue reconstruido en el siglo XVI y su fachada exterior renacentista  contrasta con el gótico interior. 

interior del Palacio de los Príncipes Obispos

Nunca hubiera imaginado que en el interior de este gran patio de galerías con 60 columnas macizas diferentes hubiera un aparcamiento.

interior del Palacio Príncipes Obispos

Otro monumento famoso en Lieja es "El Perron”. Es una fuente en un gran pedestal en la Plaza del Mercado que simboliza las libertades comunales de Lieja. Está coronado por las Tres Gracias y es en las calles adyacentes donde se encuentra todo el ambiente.

El Perron

En Lieja el mercado tiene mucha tradición, y todos los domingos se extiende a orillas del Mosa el Mercado de la Batte. Como nos lo habían recomendado, el domingo nos fuimos para allá. Recorrimos la calle Féronstree, con abundantes casas antiguas y típicas belgas. 
Pasamos por la Iglesia de San Bartolomé, cuya reforma nos impidió ver una de las joyas belgas: La Pila Bautismal de Renier  D`Huy.

Iglesia de San Bartolomé

En la plaza había una escultura, de las muchas distribuidas por la ciudad, con objetos y muebles caseros. Es de suponer que pertenecieran a una exposición temporal.



Ya en el mercado pudimos ver la fachada del  edificio Curtius, un  complejo que comprende varios museos  como el de las armas, el del vidrio o el de la vida valona.

Museo Curtius
Después  de recorrer el mercado y pasear entre los puestos de bolsos, frutas, juguetes, pescados,  etc. cruzamos el puente para dirigirnos a la Catedral de San Pablo, en cuyo exterior también había casetas navideñas, aunque aquí predominaban las de comida y bebida.

río Mosa

Puente "des arches"


La Catedral de San Pablo fue fundada en el X, construida en el XIII y ascendida a Catedral y remodelada en 1801 para remplazare a la demolida Catedral de Saint Lambert. Es de estilo gótico, con tres naves y siete capillas laterales. Las bóvedas están pintadas con follajes del siglo XVI.











































Tiene gran cantidad de frescos y pinturas, un gran púlpito y un Cristo Yacente
obra de Jean Delcour, escultor barroco de Lieja y alumno de Bernini. Tiene también el relicario de oro de San Lambert  y otro donado por Carlos el Temerario.




No pudimos hacer fotos del exterior porque había una fuerte lluvia. Nos fuimos para casa entrando primero en una bonita galería comercial. No era como la de Saint Hubert de Bruselas, pero  sirvió para guarecernos.



Esa tarde seguimos recorriendo la ciudad natal de George Simenon,  pero se hizo enseguida de noche  y lo vimos todo sin luz. Paseamos por la calle Hors Chateau, viendo curiosos edificios, unos con acceso a través de columnas y otros de oscuros y estrechos callejones en el que no pasan dos personas a la vez. No quiero imaginar lo que es entrar y salir todos los días de ellos y con la ausencia total de luz.



 Pasamos por delante de la Iglesia de Saint Gerard... 



...por otra de las esculturas de la exposición 



y  subimos las Escaleras de la Montaña de Bueren, donde está la llamada Citadelle. La escalera tiene 373 peldaños y servía a los soldados para acceder rápidamente a la ciudad. 
























Desde el mirador se obtiene una gran vista de Lieja y del Mosa, mejorable si se hace de día. La escasa luz nos impidió adentrarnos en la ciudadela con sus paseos, fortificaciones y restos de muralla.




De nuevo en la Villa de Noel compramos  chocolatinas belgas y caramelos de violeta, que hiciera famosos Alfonso XIII y a los que belgas y franceses son muy aficionados.
Al día siguiente cogeríamos el tren para ir a la mágica ciudad de Brujas




4 comentarios:

  1. Qué atrevimiento por tu parte cambiar la autocaravana por Ryanair... estupenda entrada, como siempre Pilar.

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    1. Gracias Sandra. En este viaje no, pero en alguno sí que he echado en falta la autocaravana.
      Un abrazo!

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  2. Que complicado es eso de hablar 3 idiomas - francés, alemán, y neerlandés. Ya tengo bastante dificultad con dos. La chica terminará muy preparada para viajar por el mundo.

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    1. Hola Eduardo. No, mi hija solo se defendía allí en francés pero es verdad que los jóvenes lo tienen más fácil con los idiomas.

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