La Foradada es un pequeño salto de agua, de unos 15 metros de alto, en
un bonito entorno rocoso de altas paredes
y con un gran agujero (forat en catalán) del que toma su nombre.
Nosotros lo descubrimos de casualidad saliendo de Vic por la C-153 en busca del
pueblo medieval de Rupit.
Está situado en el Collsacabra, un territorio natural al
norte de Barcelona, concretamente en Cantonigrós. Esta población debe su origen
y el nombre a un hostal situado en el camino real de Vic a Olot, cuyo
propietario Antonio Prat, era apodado Toni Gross (gordo en catalán). Es un
pueblo mayoritariamente de veraneo que pertenece al municipio de Santa María
del Corcó, en la comarca de Osona.
Para iniciar la ruta a la Foradada se recomienda dejar el
coche en el aparcamiento del campo de fútbol situado a la derecha del pueblo (42°
2'29.46"N 2°24'8.74"E ).
Es una ruta corta, de aproximadamente 20 minutos, por un
camino de piedra natural y rodeado de una
intensa vegetación.
Según bajábamos nos cruzamos con varios grupos que
volvían, alguno de ellos con el bañador en la mano en clara señal de haberse
bañado. Nosotros no íbamos con esa intención, ni siquiera estábamos preparados
con calzado adecuado, pero pudimos disfrutar del recorrido, a veces saltando
entre las numerosas raíces que sobresalían en el camino e intentando reconocer
las distintas especies de plantas que
íbamos encontrando. En algunos tramos del recorrido da la impresión de que andamos por encima del lecho de un extinto arroyo o regato, cuyas aguas hace mucho tiempo que lo abandonaron.
Después de cruzar el GR-151 (Camins del Bisbe i Abat Oliba y
Camí de les Fontiques) la pendiente se hace más pronunciada y la vegetación más
espesa. En el tramo final, una barandilla marca el camino y se comienza a oír
el ruido del agua al caer.
Al salir de la vegetación nos encontramos con esa bonita
escena de la naturaleza completamente solitaria. El agua de la Riera de les
Gorgues cayendo en un salto y formando una estupenda poza rodeada por paredones
de roca, una de ellas “foradada o agujereada”.
No lleva mucho caudal por lo que
en época de lluvias tiene que ser espectacular. Al igual que poder contemplar
los rayos solares atravesando el agujero y reflejándose en el agua. Sí pudimos
comprobar el eco de nuestras palabras que resonaban en esa especie de círculo
de piedra mezcladas con el ruido del agua al caer.
Después de disfrutar del momento y fotografiar la escena,
emprendemos el regreso al coche. Esperábamos más dificultad en la vuelta,
puesto que ahora era todo subida, pero sorprendentemente no notamos el esfuerzo.
Antes de marchar de allí dimos una vuelta por el pueblo y
vimos al lado de la iglesia un cartel informativo, con las rutas e itinerarios
que se podían realizar, al lado de una escultura del patrón de los
excursionistas: Sant Bernat
Si quieres ver la ruta en el mapa pincha aquí
Una zona estupenda..por conocer....Un saludo
ResponderEliminarQué ilusión caminar por la Foradada, cuántos años, UF! A seguir disfrutando vuestros paseos. Saludos Pilar!
ResponderEliminarMuchas gracias a las dos!
ResponderEliminarLa descubrimos por casualidad. Si no, hubiéramos ido mejor preparados y habríamos caminado algún trecho más!
Un abrazo!
Cuando he visto la foto de la cascada sola parecía pequeñita pero luego viéndola en comparación con vosotros, sorprende. Una grata sorpresa os llevasteis.
ResponderEliminarUn saludo ;)